lunes, 25 de octubre de 2021

COVID-19 y la educación


¿ Y ahora, qué sucede...?

En el 2020 se vivió una situación bastante atípica, nos sacaron de la zona de confort, debido a la emergencia mundial por COVID-19.

En un abrir y cerrar de ojos todo cambio, lo que nos parecía normal desaparecio, de saludar faternalmente a nuetros familiares y/o amigos hasta el cierre por tiempo indefinido de centros educativos y lugares de ocio; provocando gran incertudumbre, desinformación sobre el COVID-19 y enfrentar el aislamiento.

Esta situación afectó la convivencia del ser humano a nivel mundial y enormente a los niños y jóvenes especialmente en su estudio, ya que no tuvieron acceso a las mismas oportunidades para utilizar herramientas tecnólogicas, acceso a los servicios de Internet y así continuar con el aprendizaje durante la pandemia. Y es que de un momento a otro, el ser humano se vió inmerso en redes sociales, como único medio para comunicarse.

De igual forma, la educación tuvo que recurrir a plataformas educativas virtuales  para continuar con el curso lectivo; a pesar, del desconocimiento en pleno de la virtualidad educativa.

En el caso de nuestro país, el ministerio de educación pública, tuvo que impovisar y encaminarse hacia la virutalidad, aprendiendo en la marcha por un lado, por otro, buscando opciones para aquellos estudiantes sin acceso a Internet y terminaran su curso lectivo. Aumentando la brecha educativa de los centros educativos públicos y privados.

Otro aspecto a resaltar sobre las dificultades de la ¨virtualidad improvisada¨  fue la falta de capacitación al cuerpo docente ante la modalidad de enseñanza a distancia. Así que, tanto estudiantes como profesores se vieron forzados aprender juntos y enfrentar diversas dificultades tecnológicas y personales.

A nivel mundial, de acuerdo con la Organización de las Naciones Unidas (ONU), el cierre de escuelas provocado por el Covid-19 tiende a perjudicar especialmente a los estudiantes de grupos que son sujetos de discriminación y exclusión de la educación incluso antes de la pandemia. Entre ellos se encuentran los niños y las niñas que viven en la pobreza;  niños y adolescentes con discapacidad, minorías étnicas y raciales y LGBT de un país; las niñas de países con desigualdades de género; los niños y las niñas de zonas rurales o afectadas por conflictos armados; y  niños y niñas desplazados, refugiados, migrantes y solicitantes de asilo. (2021)

Al desatarse la pandemia las instituciones educativas no estaban preparadas para enfrentar la educación a distancia y mucho menos ofrecer a sus estudiantes recursos tecnológicos. Pero esto no es culpa del sector educativo ni mucho menos de los docentes, sino la incapacidad de los gobiernos al no remediar las desiguldades en el sistema educativo, discriminación, etc.; problemas ya existentes que no logran solucionar con cada cambio de gobierno, ahora se suma una más, facilitar el acceso gratuito a Internet a todo el país.

Y ahora qué... Lo cierto es que debido a la pandemia la deserción escolar  aumenta y evidencia las verdaderos asuntos que necesita solucionar un país junto a su gobertante.


Referencia

Human Rights Watch. (2021, 17 de mayo) El grave impacto de la pandemia en la educación mundial: Es necesario remediar el aprendizaje perdido, hacer que la escuela sea gratuita y accesible, y ampliar el acceso a Internet. https://www.hrw.org/es/news/2021/05/16/el-grave-impacto-de-la-pandemia-en-la-educacion-mundial


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